La aprobación de la enmienda constitucional por un grupo de 25 senadores generó la ira de la ciudadanía que salió a las calles a manifestar su repudio. El Congreso Nacional fue tomado, saqueado e incendiado por manifestantes. Se reportaron varios heridos entre ellos parlamentarios de la oposición.

Pasadas las 15:00 horas, tras una sesión del “senado paralelo” integrado por parlamentarios cartistas, luguistas y llanistas, se informó que el proyecto de enmienda constitucional fue aprobado por “unanimidad”. Rápidamente, grupos de personas se congregaron frente a la sede del Congreso y se iniciaron los primeros enfrentamientos con la policía antimotines.
Con carros hidrantes y balines de goma los agentes reprimieron a los manifestantes y se registraron los primeros heridos entre los que estaban el senador Efraín Alegre y el diputado Edgar Acosta. Éste último recibió un escopetazo en el rostro y según el último reporte -dado por su colega Dionisio Amarilla- se encontraba en terapia intensiva. También hubo trabajadores de prensa como periodistas, fotógrafos y camarógrafos afectados por las balas y los gases.
Mientras pasaban las horas, la situación se agravaba frente a las instalaciones del Congreso, hasta que la policía fue totalmente rebasada y la zona fue dominada por los manifestantes. Estos consiguieron ingresar a la sede parlamentaria, hasta llegar a la sala de sesiones, ocasionando destrozos. Entre los manifestantes hubo personas que saquearon el lugar, llevándose monitores y computadoras, entre otros bienes. La situación no paró ahí, ya que procedieron a incendiar el Congreso, que según los datos, gran parte de la planta baja fue consumida por el fuego.
Tras abandonar la zona, hubo enfrentamientos frente a la Comandancia de la Policía, donde llegaron los manifestantes con la intensión de tomar el lugar, pero fueron reprimidos con disparos y gases lacrimógenos. Tras este suceso, estos se replegaron hacia el microcentro de Asunción donde continuaron las protestas.